1- maría elena amengual astaburuaga es la madre de osvaldo alfonso gatica amengual (mi padre)
2- alberto amengual peña y lillo es el padre de maría elena amengual astaburuaga
3- gral. santiago amengual balbontín es el padre de alberto amengual peña y lillo
4- rosario balbontín y soto es la madre de gral. santiago amengual balbontín
5- francisco balbontín y reyes es el padre de rosario balbontín y sotoTodos tenemos antepasados que se remontan hasta los confines del tiempo, de la historia. La fortuna o dicha de algunos es poder desentrañar esa madeja, tirar del hilo que tantas pero tantas veces se escapa, y reconstruir el tejido de aquellos que conformaron nuestro ser. Dejo un testimonio, la botella arrojada al mar, alguien la recogerá algún día.
sábado, 12 de mayo de 2012
De la Serna, línea de familia
6- josé nicolás balbontín caldera es el padre de francisco balbontín y reyes
7- agustina caldera garcía sobarzo es la madre de josé nicolás balbontín caldera
8- juan luis caldera y toro mazote es el padre de agustina caldera garcía sobarzo
9- luisa toro mazote y cifuentes es la madre de juan luis caldera y toro mazote
10-manuel de toro mazote y de la serna es el padre de luisa toro mazote y cifuentes
11-elena hernández de la serna es la madre de manuel de toro mazote y de la serna
12-magdalena de la serna es la madre de elena hernández de la serna
13-agustín de la serna es el padre de magdalena de la serna
Como se puede observar, el primer "de la Serna" que figura en la familia es Agustín (1512-1547) , conquistador llegado a Chile con Pedro de Valdivia y, fallecido en La Serena cuando la ciudad por ellos fundada fue destruida a mano de los indios. Tuvo una hija: Magdalena (1544-1584), fruto de su relación con una aborigen de la cual no hay registros.
Desde hace tiempo quiero relacionar al mencionado Agustín con los "de la Serna" conocidos de España y, no he podido. Sigo trabajando en eso y espero novedades de un genealogista que, quizás, pueda aportar algo más.
viernes, 11 de mayo de 2012
Severo Amengual
Hijo del General Santiago Amengual, y hermano de mi bisabuelo, Alberto, ingresó al ejército el 20 de marzo de 1871, como cadete de la Escuela Militar, especializándose en el Arma de Infantería.
Participa en la I y II campaña en contra del Perú y Bolivia y en la Campaña de Arequipa, hallándose presente en las batallas de Chorrillos y de Miraflores.
El 14 de agosto de 1882 es nombrado comandante de Armas de Oroya, y el 25 de febrero de 1883 de Trujillo.
Combate de la Oroya
El primer enfrentamiento en La Oroya, para los efectos de defender el puente sobre el río Mantaro y llave esencial de las comunicaciones del ejército chileno en operaciones sobre Tarma, el centro de la sierra peruana, aconteció el 3 de julio de 1882, y enfrentó a 60 hombres del Batallón Pisagua 3º de Línea en conjunto con un pequeño destacamento de 20 hombres del Regimiento Carabineros de Yungay al mando del teniente Tristán Stephan, todos los cuales al mando del teniente del 3º Francisco G. Meyer en contra de más de 300 combatientes peruanos de la columna del coronel Máximo Tafur.
El puente de La Oroya era el paso imprescindible de pertrechos y recursos del ejército chileno en operaciones, como asimismo lugar destinado a la retirada de las fuerzas del coronel Estanislao del Canto hacia Lima. Este punto, vital entonces, le fue designado al teniente Meyer para su defensa, y es igualmente el destinado por el general Andrés A. Cáceres para ser atacado por el coronel Tafur, mientras las otras dos columnas, la dirigida por el coronel Juan Gastó y la conducida por él mismo, se dirigían, la primera a reunirse con Ambrosio Salazar y sus guerrilleros para atacar a La Concepción, y la segunda para atacar Marcavalle y Pucará.
El plan de Cáceres intentaba cerrar la retirada del coronel Del Canto a través del valle del Mantaro, dando un ataque frontal con el grueso de sus fuerzas guerrilleras y atenazando al dispositivo chileno para encerrarlo y destruirlo en esa región central. Aun cuando cada columna debía actuar independientemente, a su vez obedecía a ese lineamiento estratégico de aprisionar y golpear a Del Canto.
Así dispuesto, las columnas Tafur y Gastó salieron entre el 24 y 26 de junio desde Izcuchaca con el plan descrito, en tanto Cáceres procedía a reconocer las zonas de Acostambo, Nahuinpuquio, Tongos, Pazos y Marcavalle, volviendo a Izcuchaca el 29 de junio.
Comisionado para destruir por la izquierda de la operación a la guarnición chilena de La Oroya y destruir el puente sobre el Mantaro, el coronel Tafur con la Segunda División, tres piezas de artillería y el apoyo de los guerrilleros de Acoria, Colcabamba, Huando, Acostambo y Pillichaqui, arremetió en su área de operaciones por Huari, de lo que se enteró por informaciones de lugareños el teniente Meyer el día 2 a las 11.00 horas.
Confirmada la noticia de la mañana a las 14.00 horas, que las fuerzas de Tafur ya se encontraban en Huanacancha con el afán de sorprender a sus escasas fuerzas, el teniente Meyer dispuso redoblar la vigilancia, situando avanzadas en los caminos de acceso y distribuyendo la tropa entre un corral y pircas que rodeaban el área para proteger el puente y la retaguardia, y disponiendo a la caballería tras unas casas en el camino a Chicla. Poco antes de las 01.30 horas, rompiendo la madrugada, el teniente Meyer divisó a las tropas enemigas avanzando en guerrilla por el camino de Sacaraojo, dando las instrucciones para proceder a reconocerlas, e inmediatamente disparando sobre ellas al identificarlas como guerrilleros peruanos. La respuesta de los atacantes no se dejó esperar, trabándose en una lucha de fusiles que, ordenando el avance chileno y cargar a bayoneta, duró más de una hora, hasta que comenzó la dispersión de las fuerzas peruanas por el frente.
Los hombres de Tafur fueron perseguidos por una docena de soldados al mando del cabo 1º Jesús Vargas hasta Huanacancha, en tanto el teniente Meyer reorganizaba sus pequeñas fuerzas y apresuraba el paso para volverse al cuartel, donde otra fuerza peruana descendida por los caminos de Huanchan y Campán atacaba una vez más, incendiando una bodega de lanas y el depósito de pastos de la caballada chilena. Rechazado este segundo ataque, que no logró tomarse el puente defendido por el cabo 1º Juan Rivas y un grupo de soldados del 3º de Línea, se retiró dejando 16 cadáveres en el campo y retirando a varios heridos hasta Huanacancha. El ataque al puente de La Oroya no había cubierto el objetivo perseguido por el ambicioso plan de Cáceres.
Por su parte, el mismo día 2 de julio a las 12.00 horas había salido desde Tarma un contingente de 30 hombres del Regimiento Carabineros de Yungay al mando del teniente Tristán Stephan con el objetivo de batir a los guerrilleros situados entre Tarma y Jauja, manteniéndose a retaguardia en las alturas de Casapalca, a la espera de la retirada de los soldados peruanos que escaparan del ataque preparado por 60 hombres al mando del sargento mayor Severo Amengual Peña y Lillo. Luego de trasladarse en persecución de las guerrillas peruanas desde Quisoarcancha hasta Cancallo y Chiobamba, donde tiroteó a una fuerza enemiga apostada en el lugar, persiguió a esos guerrilleros hasta Yuclapampa, quienes destruyen un puente para impedir el paso de los jinetes chilenos sobre el río de La Oroya.
Finalmente, los montoneros fueron alcanzados y se les da muerte a 60 y se toma prisioneros a 48; los que son fusilados por orden (como se lee en el parte) de Stephan, para evitar que se diesen a la fuga.
Logrando vadear el río, después de haber sido castigado por la fusilería peruana, el teniente Stephan manda cargar a sus hombres sobre esas fuerzas del coronel Tafur, dejando 60 muertos y tomando 48 prisioneros, los que luego –bajo la justificación de ser atacado por otra fuerza guerrillera peruana y querer estos escapar- opta por fusilarlos en el camino a Casapalca indicando que era “muy poco el número de tropas de que disponía, y a más, los citados prisioneros, viendo que era atacado, pensaron fugarse. Todos estos motivos me obligaron a fusilarlos…” Durante la noche siguió resistiendo algunos ataques, hasta que a las 24.00 horas del día 2 resolvió bajar a pie a Casapalca en espera del ataque de Amengual que no se realizó, por lo cual el teniente Stephan se apresta a atacar el pueblo, no sin antes atrapar a 12 guerrilleros de una avanzada en un faldeo del cerro que le indicaron la existencia de las fuerzas de Tafur en Casapalca con 500 hombres fuertemente armados de fusiles, perfectamente atrincherados y listos a defenderse. Imposibilitado de atacar de inmediato por la notoria diferencia de fuerzas, esperó al mayor Amengual hasta que resolvió bajar a Casapalca al amanecer del día 3. Tan pronto hizo ese movimiento, fue atacado en diversos tiroteos por los hombres de la columna Tafur, trenzándose en un duelo donde agotaron sus municiones, obligando a los soldados chilenos a abrirse paso con sus sables. Ya a salvo, el teniente Stephan se dirigió a Huari donde encontró al mayor Amengual en marcha hacia Casapalca. Este le ordenó retirarse a La Oroya por el manifiesto mal estado de hombres y caballos, adonde llegó a las 22.00 horas.
El teniente Stephan no sufrió bajas en la corta y azarosa expedición que emprendiera. El día 3 de julio había culminado.
Participa en la I y II campaña en contra del Perú y Bolivia y en la Campaña de Arequipa, hallándose presente en las batallas de Chorrillos y de Miraflores.
El 14 de agosto de 1882 es nombrado comandante de Armas de Oroya, y el 25 de febrero de 1883 de Trujillo.
Combate de la Oroya
El primer enfrentamiento en La Oroya, para los efectos de defender el puente sobre el río Mantaro y llave esencial de las comunicaciones del ejército chileno en operaciones sobre Tarma, el centro de la sierra peruana, aconteció el 3 de julio de 1882, y enfrentó a 60 hombres del Batallón Pisagua 3º de Línea en conjunto con un pequeño destacamento de 20 hombres del Regimiento Carabineros de Yungay al mando del teniente Tristán Stephan, todos los cuales al mando del teniente del 3º Francisco G. Meyer en contra de más de 300 combatientes peruanos de la columna del coronel Máximo Tafur.
El puente de La Oroya era el paso imprescindible de pertrechos y recursos del ejército chileno en operaciones, como asimismo lugar destinado a la retirada de las fuerzas del coronel Estanislao del Canto hacia Lima. Este punto, vital entonces, le fue designado al teniente Meyer para su defensa, y es igualmente el destinado por el general Andrés A. Cáceres para ser atacado por el coronel Tafur, mientras las otras dos columnas, la dirigida por el coronel Juan Gastó y la conducida por él mismo, se dirigían, la primera a reunirse con Ambrosio Salazar y sus guerrilleros para atacar a La Concepción, y la segunda para atacar Marcavalle y Pucará.
El plan de Cáceres intentaba cerrar la retirada del coronel Del Canto a través del valle del Mantaro, dando un ataque frontal con el grueso de sus fuerzas guerrilleras y atenazando al dispositivo chileno para encerrarlo y destruirlo en esa región central. Aun cuando cada columna debía actuar independientemente, a su vez obedecía a ese lineamiento estratégico de aprisionar y golpear a Del Canto.
Así dispuesto, las columnas Tafur y Gastó salieron entre el 24 y 26 de junio desde Izcuchaca con el plan descrito, en tanto Cáceres procedía a reconocer las zonas de Acostambo, Nahuinpuquio, Tongos, Pazos y Marcavalle, volviendo a Izcuchaca el 29 de junio.
Comisionado para destruir por la izquierda de la operación a la guarnición chilena de La Oroya y destruir el puente sobre el Mantaro, el coronel Tafur con la Segunda División, tres piezas de artillería y el apoyo de los guerrilleros de Acoria, Colcabamba, Huando, Acostambo y Pillichaqui, arremetió en su área de operaciones por Huari, de lo que se enteró por informaciones de lugareños el teniente Meyer el día 2 a las 11.00 horas.
Confirmada la noticia de la mañana a las 14.00 horas, que las fuerzas de Tafur ya se encontraban en Huanacancha con el afán de sorprender a sus escasas fuerzas, el teniente Meyer dispuso redoblar la vigilancia, situando avanzadas en los caminos de acceso y distribuyendo la tropa entre un corral y pircas que rodeaban el área para proteger el puente y la retaguardia, y disponiendo a la caballería tras unas casas en el camino a Chicla. Poco antes de las 01.30 horas, rompiendo la madrugada, el teniente Meyer divisó a las tropas enemigas avanzando en guerrilla por el camino de Sacaraojo, dando las instrucciones para proceder a reconocerlas, e inmediatamente disparando sobre ellas al identificarlas como guerrilleros peruanos. La respuesta de los atacantes no se dejó esperar, trabándose en una lucha de fusiles que, ordenando el avance chileno y cargar a bayoneta, duró más de una hora, hasta que comenzó la dispersión de las fuerzas peruanas por el frente.
Los hombres de Tafur fueron perseguidos por una docena de soldados al mando del cabo 1º Jesús Vargas hasta Huanacancha, en tanto el teniente Meyer reorganizaba sus pequeñas fuerzas y apresuraba el paso para volverse al cuartel, donde otra fuerza peruana descendida por los caminos de Huanchan y Campán atacaba una vez más, incendiando una bodega de lanas y el depósito de pastos de la caballada chilena. Rechazado este segundo ataque, que no logró tomarse el puente defendido por el cabo 1º Juan Rivas y un grupo de soldados del 3º de Línea, se retiró dejando 16 cadáveres en el campo y retirando a varios heridos hasta Huanacancha. El ataque al puente de La Oroya no había cubierto el objetivo perseguido por el ambicioso plan de Cáceres.
Por su parte, el mismo día 2 de julio a las 12.00 horas había salido desde Tarma un contingente de 30 hombres del Regimiento Carabineros de Yungay al mando del teniente Tristán Stephan con el objetivo de batir a los guerrilleros situados entre Tarma y Jauja, manteniéndose a retaguardia en las alturas de Casapalca, a la espera de la retirada de los soldados peruanos que escaparan del ataque preparado por 60 hombres al mando del sargento mayor Severo Amengual Peña y Lillo. Luego de trasladarse en persecución de las guerrillas peruanas desde Quisoarcancha hasta Cancallo y Chiobamba, donde tiroteó a una fuerza enemiga apostada en el lugar, persiguió a esos guerrilleros hasta Yuclapampa, quienes destruyen un puente para impedir el paso de los jinetes chilenos sobre el río de La Oroya.
Finalmente, los montoneros fueron alcanzados y se les da muerte a 60 y se toma prisioneros a 48; los que son fusilados por orden (como se lee en el parte) de Stephan, para evitar que se diesen a la fuga.
Logrando vadear el río, después de haber sido castigado por la fusilería peruana, el teniente Stephan manda cargar a sus hombres sobre esas fuerzas del coronel Tafur, dejando 60 muertos y tomando 48 prisioneros, los que luego –bajo la justificación de ser atacado por otra fuerza guerrillera peruana y querer estos escapar- opta por fusilarlos en el camino a Casapalca indicando que era “muy poco el número de tropas de que disponía, y a más, los citados prisioneros, viendo que era atacado, pensaron fugarse. Todos estos motivos me obligaron a fusilarlos…” Durante la noche siguió resistiendo algunos ataques, hasta que a las 24.00 horas del día 2 resolvió bajar a pie a Casapalca en espera del ataque de Amengual que no se realizó, por lo cual el teniente Stephan se apresta a atacar el pueblo, no sin antes atrapar a 12 guerrilleros de una avanzada en un faldeo del cerro que le indicaron la existencia de las fuerzas de Tafur en Casapalca con 500 hombres fuertemente armados de fusiles, perfectamente atrincherados y listos a defenderse. Imposibilitado de atacar de inmediato por la notoria diferencia de fuerzas, esperó al mayor Amengual hasta que resolvió bajar a Casapalca al amanecer del día 3. Tan pronto hizo ese movimiento, fue atacado en diversos tiroteos por los hombres de la columna Tafur, trenzándose en un duelo donde agotaron sus municiones, obligando a los soldados chilenos a abrirse paso con sus sables. Ya a salvo, el teniente Stephan se dirigió a Huari donde encontró al mayor Amengual en marcha hacia Casapalca. Este le ordenó retirarse a La Oroya por el manifiesto mal estado de hombres y caballos, adonde llegó a las 22.00 horas.
El teniente Stephan no sufrió bajas en la corta y azarosa expedición que emprendiera. El día 3 de julio había culminado.
viernes, 4 de mayo de 2012
Francisco Astaburuaga Cienfuegos, sirviendo a Chile
Antes que nada, un breve raconto sobre la línea familiar del mencionado.
María Elena Amengual Astaburuaga -mi abuela- era hija de Alberto Amengual Peña y Lillo (uno de los hijos del Gral. Amengual) y Aurora Astaburuaga Urzúa.
Aurora es la hija de José Pedro Astaburuaga Cienfuegos; hermano de Francisco.
Ahora sí, la biografía.
Nació en Talca el 21 de julio de 1817; hijo de Cayetano Astaburuaga Toro Mazote (1796- ?) y Petronila Cienfuegos y Silva.
Se casó el 10 de junio de 1853 con María del Rosario Vergara Rencoret.
Estudió en el colegio del Presbítero Juan de Díaz Romo y en el Instituto Nacional. Cursó Leyes en la Universidad de San Felipe; juró como abogado el 5 de septiembre de 1832.
En el año 1842, se inició en la carrera administrativa como oficial de partes del ministerio del Interior, el 17 de febrero de 1842; oficial de la Legación del Perú, 1844 a 1845; oficial a la Legación de Chile en Estados Unidos desde el 9 de diciembre de 1845 a marzo de 1851; encargado por el ministerio de Relaciones Exteriores para visitar y estudiar las cárceles en Filadelfia y Auburn en marzo de 1851; intendente de Coquimbo del 19 de junio de 1852 a octubre de 1855; vicepresidente de la Comisión Superior del Conservatorio Nacional de Música, el 3 de marzo de 1856; director general de Correos, en 1855 a 1860 y 1867 a 1876; encargado de negocios ante el Gobierno de Costa Rica y con credencial de representante en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, el 18 de marzo de 1857; regidor por Santiago, en el año 1858; ministro plenipotenciario, encargado de negocios en Perú, el 1o. de agosto de 1860; encargado de negocios en Estados Unidos 1861-1867; también ministro en México, el 30 de junio de 1862; miembro de la Facultad de Filosofía y Humanidades en la Universidad de Chile el 16 de abril de 1874; nombrado en comisión para indicar medidas para el arreglo de contabilidad de los giros postales en Chile el 11 de mayo de 1875; secretario general de la Universidad de Chile el 10 de abril de 1877; jefe de la Oficina Central de Estadística, el 5 de mayo de 1876; enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en Estados Unidos, del 3 de abril de 1879 al 2 de septiembre de 1881; decano de la Facultad de Humanidades y miembro del Consejo de Instrucción Pública el 23 de junio de 1887; ministro del Tribunal de Cuentas, el 15 de marzo de 1888; vocal del Tribunal de Cuentas, del 15 de marzo de 1888 al 21 de mayo de 1889; decano de Facultad de Derecho de la Universidad de Chile el 8 de junio de 1888 a 1890.
Diputado propietario por Talca, período 1852 a 1855; integró la Comisión Permanente de Educación y Beneficencia. El diputado suplente fue Diego Whittaker Barazarte, que se incorporó el 5 de julio de 1852.
Diputado propietario por Linares, 1855 a 1858; no se incorporó hasta el 22 de noviembre de 1855; lo reemplazó el diputado suplente, Juan Nepomuceno Jara Armaza. Continuó en la Comisión Permanente de Educación y Beneficencia.
Diputado propietario por Talca, periodo 1858 a 1861.
Senador por Chiloé en el Congreso Constituyente de 1891 (15 de abril-18 de agosto de 1891).
Después de la revolución de 1891, fue conducido ante un tribunal militar como reo político. Falleció en Santiago, el 13 de junio de 1892.
María Elena Amengual Astaburuaga -mi abuela- era hija de Alberto Amengual Peña y Lillo (uno de los hijos del Gral. Amengual) y Aurora Astaburuaga Urzúa.
Aurora es la hija de José Pedro Astaburuaga Cienfuegos; hermano de Francisco.
Ahora sí, la biografía.
Nació en Talca el 21 de julio de 1817; hijo de Cayetano Astaburuaga Toro Mazote (1796- ?) y Petronila Cienfuegos y Silva.
Se casó el 10 de junio de 1853 con María del Rosario Vergara Rencoret.
Estudió en el colegio del Presbítero Juan de Díaz Romo y en el Instituto Nacional. Cursó Leyes en la Universidad de San Felipe; juró como abogado el 5 de septiembre de 1832.
En el año 1842, se inició en la carrera administrativa como oficial de partes del ministerio del Interior, el 17 de febrero de 1842; oficial de la Legación del Perú, 1844 a 1845; oficial a la Legación de Chile en Estados Unidos desde el 9 de diciembre de 1845 a marzo de 1851; encargado por el ministerio de Relaciones Exteriores para visitar y estudiar las cárceles en Filadelfia y Auburn en marzo de 1851; intendente de Coquimbo del 19 de junio de 1852 a octubre de 1855; vicepresidente de la Comisión Superior del Conservatorio Nacional de Música, el 3 de marzo de 1856; director general de Correos, en 1855 a 1860 y 1867 a 1876; encargado de negocios ante el Gobierno de Costa Rica y con credencial de representante en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, el 18 de marzo de 1857; regidor por Santiago, en el año 1858; ministro plenipotenciario, encargado de negocios en Perú, el 1o. de agosto de 1860; encargado de negocios en Estados Unidos 1861-1867; también ministro en México, el 30 de junio de 1862; miembro de la Facultad de Filosofía y Humanidades en la Universidad de Chile el 16 de abril de 1874; nombrado en comisión para indicar medidas para el arreglo de contabilidad de los giros postales en Chile el 11 de mayo de 1875; secretario general de la Universidad de Chile el 10 de abril de 1877; jefe de la Oficina Central de Estadística, el 5 de mayo de 1876; enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en Estados Unidos, del 3 de abril de 1879 al 2 de septiembre de 1881; decano de la Facultad de Humanidades y miembro del Consejo de Instrucción Pública el 23 de junio de 1887; ministro del Tribunal de Cuentas, el 15 de marzo de 1888; vocal del Tribunal de Cuentas, del 15 de marzo de 1888 al 21 de mayo de 1889; decano de Facultad de Derecho de la Universidad de Chile el 8 de junio de 1888 a 1890.
Diputado propietario por Talca, período 1852 a 1855; integró la Comisión Permanente de Educación y Beneficencia. El diputado suplente fue Diego Whittaker Barazarte, que se incorporó el 5 de julio de 1852.
Diputado propietario por Linares, 1855 a 1858; no se incorporó hasta el 22 de noviembre de 1855; lo reemplazó el diputado suplente, Juan Nepomuceno Jara Armaza. Continuó en la Comisión Permanente de Educación y Beneficencia.
Diputado propietario por Talca, periodo 1858 a 1861.
Senador por Chiloé en el Congreso Constituyente de 1891 (15 de abril-18 de agosto de 1891).
Después de la revolución de 1891, fue conducido ante un tribunal militar como reo político. Falleció en Santiago, el 13 de junio de 1892.
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